Durante siglos saber lo que se ocultaba en las profundidades del mar fue uno de los misterios que dominaron la mente del hombre, especialmente durante la época en que los barcos comenzaron a surcar los mares para cruzar de un continente a otro.
Con el paso del tiempo los avances tecnológicos permitieron ir desentrañando gradualmente mucho de lo que se ocultaba bajo las aguas, al punto de alcanzar profundidades en las que se pensaba no existía vida alguna.
Hace poco se dio a conocer una noticia en materia de exploración submarina, donde un equipo de investigadores del Laboratorio de Robótica de la Universidad de Stanford tuvo éxito tras la prueba realizada con un robot submarino llamado OceanOneK.
En cuanto a su diseño, este robot fue dotado con un tacto, visión e interactividad que replican a los del ser humano, los cuales permitieron que este pudiese explorar un naufragio situado a cientos de metros bajo el océano.
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Al hablar de la estructura del OceanOneK, esta posee una mitad superior humanoide y una mitad trasera más delgada, dotada además con 8 propulsores multidireccionales que hacen posible su maniobrabilidad bajo el agua.
Así también, la tecnología de retroalimentación háptica y la visión estereoscópica presentes en el robot le brindan a este la posibilidad de generar sensaciones de gran realismo para los usuarios remotos haciéndoles sentir como si estuvieran sumergidos explorando el sitio.
Al respecto, el profesor de Weichai en la Escuela de Ingeniería y director del Laboratorio de Robótica de Stanford, Khatib expresó:
Te acercas mucho a esta increíble estructura, y cuando la tocas ocurre algo increíble: La sientes de verdad […] Nunca había experimentado algo así en mi vida. Puedo decir que fui yo quien tocó el Crispi a 500 m. Y lo hice: lo toqué, lo sentí.
Es así que OceanOneK es una iniciativa que tiene como propósito explorar lugares desconocidos en las profundidades y demostrar a la vez la posibilidad que existe de hacer que personas, desde un lugar remoto, puedan sentir esta experiencia como si estuvieran allí presentes.
Y si bien OceanOneK ha logrado completar muchos viajes a través del Mediterráneo, su hito mas importante lo alcanzó hace poco al ser capaz de descender de manera autónoma a una profundidad de casi mil metros.
Para ello, el equipo ya venía preparando al robot desde febrero al realizar su inmersión en el pecio del barco de vapor italiano hundido Le Francesco Crispi; esto como parte de la gira de múltiples paradas por el Mediterráneo.
Previo a esta inmersión, el OceanOneK ya había descendido a un avión P-30 Lightning de la Segunda Guerra Mundial en las proximidades de Marsella, y luego a un submarino de nombre Le Protée situado a una profundidad de 124 metros.
A esto le siguió la inmersión a un barco romano del siglo II en Córcega, donde alcanzó una profundidad de 334 metros.
Tras todo esto, el OceanOneK fue llevado a Cannes para realizar la exploración hacia un Beechcraft Baron F-GDPV ubicado a 67 metros de profundidad. De modo que todas estas inmersiones hicieron posible que al final el robot pudiera alcanzar una profundidad de 852 metros.
Fuente info
Autor: Alexander Alvarado