El flash es el enemigo de los cuadros. Así daña las obras de arte.
Las fotos con flash están prohibidas en una gran cantidad de museos. Es posible que te preguntes a qué se debe, para lo que la respuesta rápida es que pueden dañar los cuadros, pero esto requiere una explicación más extensa. A continuación te explicaremos cómo el flash puede deteriorar la calidad de un cuadro, y otros motivos ocultos por los cuales no están permitidas las fotos.
La sencilla reacción química que sucede
La clave la tienen los pigmentos. Son materiales que cambian el color de la luz que reflejan y que conforman las pinturas del cuadro. Son compuestos por átomos, los cuales poseen un núcleo y una corteza. En el núcleo se encuentran los protones y neutrones, y en la corteza, los electrones.
Cuando activamos el flash, se activa la luz, y la luz implica energía. Dicha energía incide en los electrones y provoca una reacción en los átomos, que se ven alterados. Tras ello intentan retornar a su anterior estado; sin embargo, dicho proceso desata energía.
El problema radica en que la energía desatada es capaz de quebrar los enlaces entre los átomos de los pigmentos, que conforman el cuadro. Al modificarse los pigmentos, el color de estos puede alterarse, lo que se deriva en que los cuadros cambien su aspecto.
Un solo flash no es peligroso
Si haces una foto con flash a un cuadro, no se dañará, incluso si haces varias. Sin embargo, los museos son lugares visitados por miles de personas diariamente, y las obras más célebres, como el ‘Guernica’ o la ‘Gioconda’, acumulan millones de visitas anuales. Se estima que esta última, que recientemente se descubrió su toxicidad, es vislumbrada por 10 millones de personas anualmente.
‘El triunfo de la Iglesia’ es uno de los cuadros más famosos de Rubens
El problema radica en que permitir el flash implicaría que se activase miles o millones de veces. Esto sí que teóricamente supondría un daño. Por ello que en la inmensa mayoría de museos se ha prohibido el flash.
Por el contrario, algunos expertos afirman que los flashes de móviles actuales no provocan daños en los pigmentos. Estos investigadores indican que la prohibición se remonta años atrás, cuando los flashes de las cámaras eran realmente peligrosos, pero que ya no es así. Además, señalan que las mediciones para averiguar cómo funciona el daño se efectúan bajo condiciones específicas que no resultan así en la práctica.
Al margen de los flashes, los museos también vigilan la iluminación de sus cuadros. En muchos de ellos se emplea tecnología específicamente diseñada para iluminarlos sin que sufran daños. Incluso las obras más sensibles se mantienen en penumbra para apreciarlas sin que reciban una cantidad «excesiva» de luz.
¿Y las fotos sin flash?
Si bien la mayoría de museos prohiben el flash, las fotos sin flash están permitidas en una gran mayoría; sin embargo, dependen de cada uno. Estas no dañan la pintura, pero en ocasiones también están prohibidas por motivos de copyright o por el código de conducta del museo.
Aquí incursionamos en el terreno legal, que varía en cada país. En España, el plazo general de los derechos de explotación de una obra es la vida del autor y 70 años después de su muerte. Sin embargo, esto no se aplica a todas las obras. Cuando pasa dicho plazo, o el establecido legalmente, ya es posible reproducir la obra sin impedimentos. En ciertos museos se exponen obras protegidas por derechos de autor, por lo que no es posible fotografiarlas, y no solo son cuadros.
‘El caminante sobre el mar de nubes’, de Caspar David Friedrich, es de dominio público
Por otro lado, otros afirman que lo mejor consiste en limitar las fotos para evitar que los visitantes estén pendientes de sacar el mejor encuadre para una obra. Aunque para tener una obra en el dispositivo, ya hay ciertos museos que puedes visitar en tu móvil.
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Autor: Pablo Hernando Illán
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