La revolución de Wi-Fi 6E tendrá que esperar… al menos de momento. Y es que pese a sus indudables ventajas y a que son muchas las empresas que se muestran interesadas en adoptar el nuevo estándar, lo cierto es que la crisis en el suministro de componentes que afecta a la industria tecnológica también se está cobrando su peaje en este campo.
Así lo asegura al menos un informe elaborado por Dell’Oro Group, en el que además se afirma que vista la situación en la que nos encontramos, para una buena parte de las compañías podría ser más interesante esperar de momento y saltar directamente a Wi-Fi 7, un protocolo cuyas primeras implementaciones comenzaremos a ver en 2023.
Wi-Fi 6 permite 867 Mbps en una banda de 160 MHz en las frecuencias de 2,4 GHz y 5 GHz, pero con tres bandas (la llamada configuración 3×3), llega hasta 2,54 Gbps. Como recuerdan desde esta consultora, Wi-Fi 6E añade además frecuencias de 6 GHz+.
La compatibilidad con la frecuencia de 6 GHz añade un módulo de extremo frontal de radiofrecuencia (RFFE) y una mejor gestión de la energía. Sin embargo, el conjunto de componentes necesarios para habilitar Wi-Fi 6E tanto en los dispositivos cliente como en los hosts es considerable, lo que ha ralentizado la adopción de esta tecnología en ambos extremos.
Dentro de un año, cuando probablemente hayamos superado lo peor de la crisis de suministro de componentes, las compañías descubrirán que pueden pasar directamente a Wi-Fi 7, un nuevo estándar que añade un nuevas funciones en las frecuencias de 2,4 GHz, 5 GHz y 6 GHz con el objetivo de obtener un rendimiento aún mayor que el de Wi-Fi 6E.