Una revisión de más de 20 estudios pone de manifiesto la unanimidad de los científicos para declarar que usar el teléfono antes de dormir es altamente perjudicial para nuestra higiene del sueño y nuestra salud.
Si reuniese a todos los que estáis leyendo este artículo en este momento en una habitación y os pidiese que levantaseis la mano a quienes durmáis mirando el móvil, seguramente una gran mayoría lo haría. Y si preguntase a quienes no la han levantado si dejan el teléfono en la mesilla o cerca de la cama antes de dormir, la mayoría de ese grupo diría que sí.
Pues bien, no está de más saber que una revisión de más de 20 estudios conducidos en distintas universiadades del Reino Unido al respecto, revela unanimidad en los científicos a la hora de determinar que dormirse con el móvil en la mano o cerca afecta negativamente al sueño. No es la primera vez que hablamos de smartphones y salud, especialmente de la salud mental de los más pequeños. Pues bien, a los no tan niños esto también nos pasa factura.
Entre otras cosas, el estudio revela que hay evidencias consistentes y bastante fuertes que demuestran que los dispositivos electrónicos afectan a la cantidad y la calidad de nuestras horas de sueño nocturnas, y nos convierten en personas menos productivas durante el día. La mera presencia de un smartphone en el dormitorio ya es perjudicial para nosotros, como dijimos más arriba.
Smartphones y coger el sueño: una mala combinación
Vamos a dejar algo claro: dormir es vital para nuestra salud, física y mental. Es todavía más determinante para el desarrollo de los niños. Los dispositivos móviles y las tablets se han convertido en objetos ubicuos en nuestras horas de vigilia, y también en los dormitorios.
Muchos usuarios consultan sus teléfonos antes de dormir: miran las redes sociales, ven series en plataformas de streaming e, incluso, dejan el teléfono cerca de la cama mientras escuchan un podcast para coger el sueño. Yo mismo estoy incluido en ese último grupo.
Esto nos ha llevado a caer en un ciclo difícil de romper, que es cualquier cosa menos beneficioso para nuestra higiene del sueño general. También es altamente perjudicial para nuestra salud mental y física como adultos.
Los preadolescentes son el grupo más castigado, sin embargo. Niños de diez años en adelante pierden de ocho a nueve horas de sueño cada semana. Uno de los estudios que forman parte de la revisión apunta al auge de TikTok e Instagram como plataformas enfocadas a los más jóvenes. Se responsabiliza a ambas redes sociales de inculcarles un miedo a perderse algo que los deje fuera de la corriente de su grupo de edad.
El principal efecto secundario de la falta de sueño es altas posibilidades de caer en la depresión. Datos obtenidos de cientos de adolescentes revelaron que aquellos que más usan las redes sociales antes de apagar la luz experimentan más dificultades para dormir, lo que está fuertemente relacionado con un problemas de salud mental.
Es una especie de reacción en cadena: los jóvenes pasan más horas despiertos, lo que les lleva a tener más sintomas depresivos que aquellos que no usan las redes sociales antes de acostarse. Estos efectos también se pueden traducir en peores resultados académicos según un estudio conducido por la Universidad de Pittsburgh.
Los principales efectos de la pérdida de sueño en tu cuerpo
Hay documentación de todo tipo muy extensa sobre la privación del sueño, pero en este caso nos vamos a fijar en un artículo divulgativo publicado en Healthline para comprender cómo nos afecta la falta de sueño:
- Problemas de memoria: es durante el sueño que el cerebro crea conexiones entre recuerdos que nos ayudan a procesar la información y a interorizarla. Un sueño deficiente tiene un tremendo impacto en la memoria a corto y largo plazo.
- Cuesta pensar y concentrarse: concentración, creatividad y habilidad para resolver problemas son características que se ven muy afectadas cuando no descansamos lo suficiente.
- Cambios de humor: como ya hemos dicho, dormir poco puede contribuir a caer en la depresión. Además, puede que tengamos reacciones desproporcionadas y que tardemos mucho menos en enfadarnos.
- Podemos sufrir y provocar accidentes: la falta de sueño nos hace menos conscientes de nuestro entorno, lo que puede ser especialmente peligroso en la calle o en nuestro lugar de trabajo.
- El sistema inmune se debilita: nuestras defensas contra las enfermedades comunes es mucho más baja, con lo que podemos enfermar con mucha más facilidad.
- Hipertensión: dormir menos de cinco horas cada noche contribuye al riesgo de hipertensión, lo que puede comportar problemas cardíacos.
- Riesgo de padecer diabetes: la falta de sueño también afecta a la liberación de insulina en el organismo. Sin esta hormona no podemos rebajar de forma natural los niveles de azúcar, lo que aumenta el riesgo de tener diabetes de tipo 2.
- Aumento de peso: dormir poco también influye en las señales químicas que recibe nuestro cerebro para determinar que ya estamos saciados. Sin estas señales, hay más riesgo de comer más de la cuenta y de forma habitual.
- Deseo sexual bajo: la libido de las personas que no duermen bien suele ser baja. Los niveles de testosterona y progesterona disminuyen con la privación del sueño.
- Riesgo de enfermedades cardiovasculares: está directamente relacionado con la hipertensión. Somos más propensos a tener enfermedades cardiovasculares con una presión arterial alta, también derivada de la falta de sueño.
- Mal sentido del equilibrio: dormir muy pocas horas nos hace más proclives a tener accidentes durante nuestro día a día.
¿Existe alguna solución?
La principal solución pasaría por usar el sentido común y dejar el teléfono (o la tablet) en otra habitación antes de irnos a la cama. Pero como el sentido común es el menor de los sentidos y, como los fabricantes esto ya lo saben, existen características como el Modo Descanso de Android para paliarlo un poco.
¿Por qué para paliarlo? Porque, según un estudio conducido por la Universidad de Copenhague, la luz azul de las pantallas retrasa la liberación de melatonina en nuestro organismo. Esta hormona es la responsable de controlar nuestro ciclo del sueño.
Además de esto también se puede activar el modo no molestar. De esta forma no recibiremos sonidos, ni vibraciones cada vez que el teléfono reciba una notificación. Tampoco se nos notificará de las llamadas telefónicas, lo que disminuye la tentación de coger el terminal cada vez que lo escuchemos vibrar.
Por último, el mismo estudio de la Universidad de Copenhague al que nos referimos antes tiene una buena noticia: sólo se tarda un mes en revertir los efectos negativos que hemos ido describiendo hasta ahora. Sabemos que es difícil, pero limitar el uso del teléfono durante esas cuatro semanas puede resultar vital para recuperar un sueño de calidad.
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Autor: Sergio Agudo
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