Años atrás hubo un tiempo en que los smartphones facilitaban la navegación por menús e interfaces.
No tengo una varita mágica ni mucho menos querría parar la evolución en una industria voraz como la de los teléfonos inteligentes. Y sin embargo, a veces, se da que no siempre todos los avances llegan para mejorar lo que teníamos, como en este caso con la navegación de nuestros móviles después del aterrizaje de aquellos aclamados formatos full view, todo pantalla en el frontal, que se estrenaron allá por el año 2018 y que seguimos disfrutando en nuestros días.
Hace muchos años de esto, lo sé, nos vamos haciendo mayores. Algunos me dirán incluso que quiero que vuelvan las ‘bolitas de navegación’ por un complejo de abuelo cebolleta, ya que las pantallas multi-táctiles facilitan pulsar sobre cualquier parte de la interfaz para controlar cualquier cosa, pero lo cierto es que sigue habiendo tareas en las que disponer de un controlador físico de navegación es utilísimo, y ya no digo casi imprescindible.
Y con esto ya he desvelado lo que quiero que vuelva, y no es otra cosa que esa bolita de control que el Nexus One presentaba orgulloso y que sí, efectivamente, hacía muy sencilla la navegación por páginas web saltando de enlace en enlace, o también la escritura de texto pudiendo hacer scroll de forma cómoda e intuitiva con el dedo.
Las bolitas de navegación eran tan útiles que no entiendo cómo dejamos que se perdiesen en la noche de los tiempos: permitían navegar en todas direcciones por la interfaz, facilitaban la escritura, servían como botón de acción configurable e incluso escondían un LED de notificaciones RGB.
No sólo eso, y es que además estas bolitas de control permitían desplazarnos en cualquier dirección por los menús, no precisaban de respuestas hápticas y vibradores especiales porque su funcionalidad ya era física, y además escondían funcionalidad adicional como la posibilidad de pulsarlas para hacer cualquier cosa con el móvil, en una especie de botón de acción que Apple ha devuelto a la vida con los iPhone 15.
Había más, y es que en el caso de mi añorado Nexus One esa bolita de control funcionaba también como un LED de notificaciones multicolor, lo que permitía que de un vistazo y sin encender el móvil pudieras saber si tenías alguna notificación de cualquiera de tus aplicaciones favoritas.
Es cierto que perder las bolas de navegación fue un mal necesario para disponer de más tamaño de pantalla, pero es que sigue habiendo gente como yo, obviamente me incluyo, que preferían los diseños simétricos y con la pantalla totalmente libre y bien integrada, aunque eso precisase de marcos superiores e inferiores un poco más abultados.
Que se cayesen de los diseños ‘full view’ era un mal necesario y además cuestión de tiempo, pues todo ha tendido siempre a eliminar los controles, botones y conectores físicos en favor de la integración digital dentro de una pantalla que lo aúna todo.
De hecho, es que la industria ha hecho malabares en los últimos tiempos para dejar espacio en pantalla a los controles físicos sin que éstos estorben en la interfaz, y me refiero por ejemplo a los diferentes gestos de navegación, a veces confusos, que finalmente Google unificó y simplificó de forma nativa en Android. También se ha visto a ex-ingenieros de Google buscar el modo de escribir más eficientemente, algo que como decía era más sencillo con controles físicos de navegación.
También los fabricantes se liaron la manta a la cabeza para colocar cámaras frontales en diferentes sistemas pop-up mecánicos, mientras que otros se inventaban las cámaras integradas bajo las pantallas OLED, aunque ninguna de estas soluciones terminó cuajando en favor de los agujeros en pantalla.
Y al final me reafirmo, no todo llega para evolucionar en buena línea, pues (casi) siempre las cosas más simples y funcionales son las mejores. Y sí, me reafirmo, pues en efecto me gustaría que algún fabricante evolucionase al Nexus One y nos trajese un teléfono moderno con el mismo concepto, pues ese y no otro fue para mi el pico de diseño e ingeniería en esto de los smartphones.
El Nexus One lo tenía todo. Obviamente en su tiempo y sin posibles comparaciones con lo de ahora. Pero es que ese primer teléfono de origen Google, fabricado por HTC, eso sí, realmente disponía de todo lo que podías esperar y necesitar del modo más sencillo y accesible, además en un envoltorio bonito y de altísima calidad.
¡Que alguien lo haga posible!
Fuente info
Autor: Damián García
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