No, no es un iPhone 14 de oro y brillantes sino más bien, probablemente, la única unidad del iPhone de la primera generación (lanzado en 2007) que todavía estaba guardada y sin desprecintar.

Seguramente si os preguntásemos cuánto dinero estaríais dispuestos a pagar por un smartphone de las primeras generaciones lanzado allá por el año 2007, la respuesta de casi todos sería que no demasiado tratándose de un producto tecnológico obsoleto que por entonces costaría unos 500 ó 600 euros.

Pero es que la mayoría de nosotros no somos coleccionistas ni nos sobra el dinero, así que con toda probabilidad no vamos a entender por qué un fanático adinerado ha desembolsado casi 40.000 dólares por un iPhone (1st gen.) con fecha de fabricación del 2007.

Pagan $39,000 por un iPhone de 2007

LCG Auctions confirma la venta de un iPhone precintado por $39.339,60 a algún (adinerado) fanático.

Y es que no amigos, no es un iPhone 14 acabado en oro y brillantes como los que la firma rusa Caviar nos presenta cada año, sino una unidad de un iPhone de 8 GB subastada en LCG Auctions, tal y como nos contaban los compañeros de Android Authority.

Hay truco, eso sí, porque probablemente estemos ante la única unidad del planeta que no ha sido abierta desde 2007, contando con todos sus precintos y sellados de fábrica intactos, así como el smartphone inmaculado de fábrica y nunca activado incluyendo su caja perfectamente conservada, sin códigos de barra de ningún tipo, sin pegatinas ni tampoco calcomanías de ningún retailer o distribuidor del mercado.

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Todo es original tal y como salió de la manufactura en su momento, dispuesto a cambiar el planeta con un enfoque diferencial que todos compramos muy rápido, centrándose en la funcionalidad de un aparato que poco después se consideraría imprescindible en nuestras vidas.

Hablando más en concreto de la subasta que nos ha traído aquí, y aunque el precio del dispositivo en su momento rondaría los 599 dólares, parece que desde un principio despertó bastante interés con una oferta inicial de 2.500 dólares, que subió rápidamente hasta los $10.000 para mantenerse unos días en stand-by, esperando seguramente las últimas horas de una subasta que finalmente contó con 28 ofertas y cerró con un precio final de 39.339,60 dólares. Nada menos…!

El sitio web de la subasta confirma que el iPhone estaba «prácticamente impecable», con los sellos de fábrica limpios, el paquete inmaculado con todo original de fábrica y sin ninguna etiqueta pegada que pudiera estropearlo.

Sin duda es muchísimo dinero para que luego llegue a casa y te dispongas a abrir precintos, sobre todo porque la funcionalidad del terminal a día de hoy será limitadísima, aunque seguramente el comprador sea un adinerado fanático que completará así una colección que dentro de unos años valdrá todavía mucho más, entendiéndose esta compra más como una inversión que como un mero capricho.

Por todo esto, no esperamos obviamente que este iPhone (1st gen.), seguramente el único que seguía sin activarse en algún cajón, empiece a funcionar en los próximos días, sino que se convertirá en un producto de coleccionista dispuesto a enseñarse en museos o a venderse dentro de un tiempo todavía por más dinero.

Y vosotros, ¿os atreveríais a abrirlo como lo hacen con los vinos de más de 50.000 euros? Lo cierto es que seguro que no podríamos ni comprarlo

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Autor: Damián García

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