Aunque a simple vista parezca algo sencillo, percibir el sabor de los alimentos es un proceso cargado de complejidad, debido a diferentes factores como el aspecto, el olor, la textura y la temperatura. Todos ellos inciden en mayor o menor grado en la manera como nuestro sentido del gusto procesa el sabor.
Así también, la saliva generada durante la masticación ayuda a los receptores gustativos presentes en la lengua a procesar los compuestos químicos de los alimentos. Esta acción genera luego una señal que es enviada al cerebro, el cual nos ayuda a determinar el sabor y con base en ello establecer el criterio de si este resulta agradable o no.
Sin embargo, existen sabores que pueden resultar agradables para unas personas y para otras no, lo cual le añade al sentido del gusto un carácter individual.
Durante el proceso de cocción de los alimentos, la persona, confiando en su sentido del gusto, deberá equilibrar los sabores de cada ingrediente a fin de obtener un plato que resulte agradable al paladar y pueda ser digerido sin problemas.
Quizás se piense que todo esto resultaría imposible de replicar artificialmente por un robot. Sin embargo, un equipo de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido liderado por Grzegorz Sochacki, en colaboración con el fabricante de electrodomésticos Beko, se dio a la tarea de crear un robot cocinero, al cual sometieron a un proceso de entrenamiento a fin de que este pudiera ser capaz de determinar si una comida tenía la sazón justa; todo esto sin masticar la comida y sin el uso de saliva.
[embedded content]
Para ello, el robot utilizó un método bajo el cual fue capaz de recrear las acciones de trituración y humidificación que ocurren dentro de la boca humana.
Una vez puesto en práctica los investigadores pudieron comprobar como esta técnica resultaba eficaz para ayudar al robot a determinar de forma rápida y precisa si el nivel de sal presente en un plato era o no el apropiado, resultando al final mucho más eficaz que otras tecnologías enfocadas en este objetivo.
Gracias a la mecánica presente en este revolucionario método el robot cocinero pudo elaborar mapas de sabor tras haber «probado» nueve variaciones de un sencillo plato de huevos revueltos y tomates , tomando en cuenta también los comentarios realizados por catadores humanos.
Fuente info
Autor: Alexander Alvarado